Día 13: Biblioteca JFK y paseo Boston Duck

Distancia: 115 millas (185 kilómetros).

Como para ir a desayunar había que coger el coche, decidimos salir a las 8’15 ya con las maletas cargadas y el check-out hecho, para no tener que volver. Desayunamos donde ayer, el DUNKIN DONUTS, y a las 9 en marcha.

Como el viaje iba llegando a su fin, volvíamos a Boston. El primer destino del día se encontraba en las afueras de la ciudad, y hasta allí teníamos algo más de una 1’30 horas; el camino transcurrió casi todo por autopista y pagamos dos peajes uno de  3’85 $ y otro de 1’25 $. Y cerca de las 11 llegábamos a la JFK PRESIDENTIAL LIBRARY AND MUSEUM. Horario: 9 a 5. Precio: 12 $.

En todo el país tienen estas bibliotecas presidenciales, que más que bibliotecas son museos donde se recogen documentos y archivos de cada presidente. En Boston esta la dedicada al presidente nº 35, John F. Kennedy, que fue inaugurada en 1979. Vas pasando por diversas salas en las que se puede ver entre otras cosas, una oficina de la campaña de JFK, un set de televisión de la noche de las elecciones, una reproducción del Despacho Oval en aquella época, el vestido de boda de Jackie Kennedy, y finalizas el recorrido con muchas fotos de la familia. Alrededor de las 12’30 estábamos saliendo.









En el parking nos hicimos unas fotos con el coche, para ir despidiéndonos.




Entrando en Boston pillamos un pequeño atasco, pero en realidad fue mucho menos de lo que parecía.


Llegamos al TD Garden y fuimos directos al parking. Luego ya había hambre, así que a comer, al THE FOURS (otro de los que previamente habíamos localizado por internet), un bar con gran cantidad de objetos decorativos de los equipos de baloncesto, béisbol y hockey sobre hielo de la ciudad. Pedimos un entrante como siempre y luego variado, wraps, sandwichs, hamburguesas y pasta, que con el postre y las bebidas salimos a 59 $ por pareja, unos 23 € por persona.











Ya de vuelta, al TD Garden nuestra intención era visitar el museo, y digo nuestra intención, ya que resultó estar cerrado ese día (pocos días antes vimos el calendario de visitas y no decía que fuera a estar cerrado). Nos dio mucha pena, ya que es un lugar mítico donde juega el equipo de baloncesto de los Boston Celtics y también el de hockey sobre hielo los Boston Bruins. El parking nos costó 15 $.

En vista de que habíamos acabado antes de lo previsto y que hacía una buena tarde, decidimos dar hoy el paseo en el Boston Duck (inicialmente lo teníamos previsto mañana). Así que pusimos rumbo al Prudential Centrer, tardaríamos 10 o 15 minutos minutos, y sin pensarlo más al parking del Centro Comercial.

Cogimos los billetes del BOSTON DUCK para las 4’30 horas, el paseo dura 80 minutos y recorre muchos de los lugares importantes de la ciudad, pero el gran interés, es que es un vehículo anfibio de la segunda guerra mundial, el momento más esperado y más curioso es cuando se mete en el agua, y la verdad es que ese ratillo fue muy agradable. El conductor iba disfrazado de Paul Reveré (todos los conductores van disfrazados diferente) y durante la casi hora y media que dura el viaje no paró de hablar ni un minuto. Horario: 9 a 7, cada media hora. Precio 36 $. El paseo es algo caro, pero nos gustó mucho sobre todo el momento en el que se mete en el agua.

















Y la jornada turística de hoy ya había finalizado, fuimos al parking a por el coche y nos llevamos una pequeña sorpresa cuando vimos el precio, 36 $ por unas 3 horas.

Llegamos al hotel, el mismo que al inicio del viaje, dejamos el coche en el parking y subimos a las habitaciones a descansar un rato; esta vez además las habitaciones estaban comunicadas, muy divertido. Había que ir rehaciendo maletas, de forma que quedara todo más ordenado y dentro del peso; cuando haces tanto cambio de hotel, que no llegas a deshacer la maleta, no veas cómo va quedando, y eso que algunos días la rehicimos un poco.

Cerca de las 9 salimos a cenar, no sabíamos ni que nos apetecía, así que dimos vueltas, y mientas hasta nos cerraron alguno que medio nos había gustado. Al final nos decidimos por una franquicia llamada PANARIA (un poco diferente a las de aquí); yo no cene, ya que la pasta que me pedí para comer no me había sentado muy bien; la mayoría se pidieron sandwichs, y con la bebida salieron a unos 8 € por persona.



Y regreso al hotel, para dormir la que iba a ser nuestra última noche de este viaje, mañana ya cogíamos el avión.

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