Por
fin ha llegado ese día el que despiertas ansioso y es que te vas de viaje,
previamente para no llevarnos ninguna sorpresa, concertamos un taxi, y puntuales
a las 7’30 ya salíamos de casa. Habíamos quedado con la otra mitad de viajeros
en el aeropuerto a las 8, y como no, puntuales allí estaba el resto del grupo.
Fuimos
rápidamente a facturar a la ventanilla de Swiss, y a pasar el control, que en
Manises suele ser bastante suave (casi nadie pita); y luego ya sólo quedaba hacer
tiempo hasta la hora de nuestro vuelo.
La
hora oficial era 9’50 y aunque salió con un poco de retraso, llegó más o menos
en hora; el vuelo aunque eran sólo dos horas, se nos hizo un poco pesado porque
en la fila de atrás llevábamos a un par de niños insufribles, que no paraban de
gritar como posesos y de aporrear el asiento, con el consentimiento de sus
padres. El avión estaba bastante bien y además bastante nuevo, al final del
vuelo nos dieron una chocolatina que estaba buenísima.
Alrededor
de las 11’55 que era su hora de llegada, estábamos desembarcando. La primera
tarea era buscar la consigna de equipajes, que siguiendo las señales no fue
difícil de encontrar (están muy cerca de los andenes de la estación de trenes),
habían 3 tamaños de consigna y creo que cogimos la mediana, que costaba creo
que recordar 8 CHF, pero también se podía pagar en euros, la misma cantidad, 8
€. Aunque el coste fue algo mayor porque 8 CHF equivalen aproximadamente a 6’50
€, como no teníamos intención de cambiar moneda, y teniendo en cuenta que
metimos 3 maletas de mano y un par de mochilas, la verdad es que no resultó mal
de precio.
Justo al
lado de la consigna hay un punto de información, donde compramos los billetes
de transporte, también se podía pagar en pagar en euros, lo marcan en la
pantalla y te muestran la cifra que se te queda en euros. Compramos los de 24
horas, ya que el precio de 2 billetes sencillos, es el mismo que el precio del
billete de 24 horas; para ir al centro es necesario el billete zonas 1-3. Cada
billete valía 13’20 CHF, unos 11 €.
Antes
de bajar a los andenes hay que validar los billetes en unas maquinas amarillas.
En casa habíamos impreso los horarios de los trenes que te llevan al centro, en
el que ya figuraban las vías de salida; nos costó un poco de encontrar la vía
que buscábamos porque había alguna escalera cerrada por obras, pero en un par
de minutos ya estábamos en el andén correcto. Una vez en el tren, muy limpio y muy
nuevo, en tan solo 10 minutos se llega a la Estación Central, llamada Zúrich HB
o Zúrich Hauptbahnhof.
Antes
de venir, desde casa habíamos solicitado unos folletos a través de la página
web de Turismo Zúrich que también está
en español. Lo más habitual es hacer una ruta marcada en el plano, pasando por
los sitios más típicos de la ciudad; así que no nos calentamos la cabeza y seguimos
la ruta que propuesta; hacía bastante calor, y la verdad era algo que no esperábamos.
Comenzamos
la ruta alrededor de la 13’30 y nos llevó unas 2 horas paseando tranquilamente
y haciendo fotos; la verdad es que no nos pareció gran cosa, esperábamos algo
más.
Casi
sin darnos cuenta ya se había hecho hora de comer, y no nos podíamos entretener
buscando sitios, así que para acabar pronto y que nuestros bolsillos no sufrieran
mucho, fuimos a un Burger King, en la misma estación de trenes; salimos a 23 €
por pareja.
Cogimos
el tren al aeropuerto y directos a la consigna, luego al control, que pasamos
todos sin problemas, y a esperar que se hiciera la hora del vuelo que eran las
17’30. Comenzamos a embarcar con algo de retraso, pero lo hicieron por grupos
de filas y fue muy rápido. El vuelo salió en hora, y el avión estaba bastante
bien, cada uno con su pantallita individual, con un montón de pelis en español;
la configuración era 2-4-2, y nosotros estábamos en la parte derecha de dos en
dos. Lo que nos decepcionó un poco fue la bolsita que te dan, que en este caso
sólo llevaba los auriculares.
La
intención era no dormir más que la siesta, y la verdad es que el entretenimiento
del avión daba para mucho, yo me vi un par de pelis (una de ellas “Monstruos University”
que es bastante divertida), y también llevaba varios juegos. Para comer nos
dieron pollo, que estaba muy bueno, y para merendar pizza y helado, muy bueno
también; la verdad es que hay que decir que la comida estuvo muy bien, para ser
de avión. También los baños durante todo el trayecto, estuvieron muy limpios,
hasta había crema manos y un fluido facial para combatir la sequedad, que a mi
me fue genial. Al finalizar el vuelo, un toalla calentita y una chocolatina.
Así que en general la nota a Swiss yo diría que notable alto.
Llegamos
en hora a Boston a las 19’55, en total algo menos de 8 horas, que con el
entretenimiento del avión se hicieron bastante amenas y cortas.
Aunque
fuimos rápidos en ponernos en cola para pasar el control de pasaportes, al
final no sabemos como, pero fuimos los últimos de todo el avión, eso sí cuando
nos tocó, lo pasamos todos muy rápidos y sin ningún problema. Al salir ya
estaban las maletas, toda una toda una alegría y más al comprobar que estaban todas.
Después
directos a buscar la zona de teléfonos habilitada para llamar a las casas de
alquiler de coches, pero nos daba un tono raro y no llamaba, así que salimos a
la calle y enseguida localizamos una zona donde paraban los vehículos de las casas
de alquiler; cada casa tenía su parada, bueno algunas compartían paradas y bus.
Tuvimos
que esperar unos minutos el bus de Álamo, y tardaríamos casi 10 minutos en
llegar, ya que hicimos más paradas en las otras terminales. Teníamos alquilado un
monovolumen y al vernos con las maletas, el que nos atendió nos dijo que el
coche elegido era pequeño para los 6 y las maletas, que necesitamos uno mas
grande; nosotros diciéndole que si que cabíamos, el que no, nosotros que nos
trajera el monovolumen y decidíamos, y así un buen rato, entre cachondeo y
regateo (estaríamos más de 20 minutos). Éramos 6 viajeros y teníamos intención
de conducir 5, en la reserva realizada en auteurope, ya teníamos
incluidos 3 adiciones, así que nos faltaba uno.
El resultado
final fue un CHEVROLET SUBURBAN, que con lo que habíamos pagado al hacer la
reserva del monovolumen (582 €) y el suplemento por el cambio de modelo y el
conductor adicional que nos faltaba (288 €), nos costó 870 €; la cantidad
parece elevada, pero al final el vehículo nos salió a cada uno por 145 € para
13 días, vamos que salimos por persona a unos 11 € al día a cada uno.
Colocamos
maletas rápidamente, conectamos GPS y rumbo al hotel, tardamos unos 15 minutos,
sin perdernos en ninguna indicación, ni dar ninguna vuelta extra; el trayecto
fueron 6 millas (10 km), y pasamos por un peaje que nos costó 3’50 $;
llevábamos billetes pequeños y monedas de viajes anteriores, pero en caso de no
llevar, tampoco hay que preocuparse porque había una cabina con una persona.
Aparcamos
en el parking del mismo hotel, el REVERE HOTEL, y sobre 10’30 estábamos
haciendo el check-in, dejamos maletas y rápidos a cenar. Previamente habíamos
localizado un McDonald’s que estaba abierto hasta medianoche, y que nos pillaba
a escasos 10 minutos andando del hotel; a esas horas había poco donde elegir. La
cena nos costó 15 $ por pareja, la mitad de lo que nos costó la comida en Zúrich.
Luego
tras la cena volvimos paseando tranquilamente al hotel, y a dormir; mañana ya
comenzaríamos a descubrir la ciudad.
Muy bien la Swiss, eh!! Yo nunca he comido pizza y helado en el avión, vaya lujo.
ResponderEliminarEl coche, ya te lo dije, una pasada. La comida rápida será una porqueria, pero te sacan de tantos apuros...
Besitos!!
Swiss estuvo muy bien y además actualmente para nosotros es una buena opción para movernos a bastantes lugares. El coche está genial, la tercera fila tiene poco espacio, pero nos las apañamos.
EliminarSaludos. Cati.
Hola Cati! Buen inicio de viaje con visita a Zurich, aunque vaya tela que ciudad más cara! En cuanto a los niños porculeros menos mal que os tocaron en el vuelo corto, lo peor son los padres que ven normal que den patadas en el asiento de delante, arggg los tiraría por la ventanilla del avión. Yo tampoco he comido puzza en un avión, helado sí, alitalia nos sorprendió una vez con uno bien grande en un vuelo a Roma. Estaré pendiente de vuestro primer día en el este USA. Un saludo!!!
ResponderEliminarLo de los niños si que lo pensamos, pero en el Zurich-Boston, aunque habían niños estaban mucho más civilizados y apenas se les oía. Y sobre Zurich, además de cara, cosa que ya sabíamos, es que nos dejo un poco indiferentes, no sabría decir.
EliminarSaludos. Cati.