Día 9: Costa de Maine

Distancia: 256 millas (412 kilómetros).

Desayunamos y continuamos con la rutina de todos los días, con el trabajo divido por equipos, unos van ha hacer el check-out, y el resto a cargar el maletero; y poco más de las 8’30 en marcha.

El día había amanecido peor que el de ayer, estaba cubierto todo por una espesa niebla.

La ruta de hoy nos iba a llevar por varios farios de la costa de Maine, un estado que tiene más de 300 millas de costa, llena de faros de todo tipo y para todos los gustos; nosotros nos habíamos propuesto ver 5, aunque al final lo dejamos en 4. Elegir unos faros entre tantos, es algo complicado, pero para ello tienes un un montón de páginas que te ayudan, hay una que me resulto muy útil mapa de la costa de Maine con todos los faros. 

Llegamos sobre las 11 al primero, OLWS HEAD LIGHTHOUSE, nada más bajar del coche ya comenzábamos a oír el sonido del faro, y aquí también teníamos niebla. Hicimos unas fotitos y pasamos por la tienda aprovechando que estaba abierta; en media hora ya estábamos saliendo.

El siguiente faro no salía en GPS, así que tuvimos que tirar de las indicaciones que llevábamos escritas, y fijarnos muy bien en las señales. Para llegar al MARSHALL POINT LIGHTHOUSE había que desviarse bastante, pero lo incluimos en nuestra lista por ser diferente a los habituales, ya que el faro está separado de la casa del farero. A pesar de ser poco más de mediodía, el no sol no se veía por ninguna parte, y respecto al faro anterior, el tiempo había empeorado y la niebla todavía era más espesa; y además la marea estaba baja. Tuvimos un poco de mala suerte con este faro, pero al final las fotos quedaron más bonitas de lo que pensábamos; pero me hubiera gustado verlo con sol y marea alta. La visita nos llevó media hora más o menos.

Continuando hacia el siguiente faro, ya que hizo hora de comer y poco más de las 13’30 llegábamos a Damariscotta, pueblo en el que habíamos calculado que más o menos nos pillaría la hora para comer, así que teníamos un restaurante seleccionado, que nos fue muy fácil de encontrar ya que estaba en la misma carreta.

El restaurante estaba muy bien, lo vimos en Tripadvisor y las opiniones no se equivocaron, de hecho el SALT BAY CAFÉ, fue uno de los que más nos gustó de todo el viaje. Pedimos hamburguesas, ensaladas, wraps y algo de carne; estaba todo delicioso, mi amiga y yo nos pedimos una ensalada que estaba bueniiiisima. Junto con las bebidas y los postres, nos costó 46 $ por pareja, unos 17 € por persona.

Aunque el día había comenzado mal con la visita de los faros con niebla, esta comida tan deliciosa nos había animado un poco. Sin entretenernos más, sobre las 3 salimos a continuar la ruta.

A las 3’40 llegamos a PEMAQUID POINT LIGHTHOUSE, este faro posiblemente es el más famoso del estado, ya que es el símbolo de la moneda de 25 centavos (del estado de Maine) que sale en el reverso. Se pagan 2 $ para visitar el interior del faro, y se puede subir hasta arriba también.

Al final esta ha sido una de las fotos de grupo de este viaje.

Como por fin encontramos un faro con sol, aquí nos quedamos más rato y estuvimos casi 1 hora; antes de ponernos en marcha decidimos saltarnos el siguiente (Doubling Point Lighthouse), para no llegar demasiado justos al último, cosa que al final resultó ser todo un acierto.

Al poco de salir de este último faro, encontramos esta casa y este buzón que son una preciosidad.

La ruta de los faros transcurre por carreteras locales, desde la 1 te vas desviando por carreteras que te llevan a los faros, hay que estar bastante atentos a todas las señales, ya que no acaba de estar muy bien señalizado; las carreteras aquí ya no están tan bien (aunque tampoco mal), pero es que estás ya eran carreteras locales.

A las 6’30 llegamos a nuestro último faro, PORTLAND HEAD LIGHTHOUSE, un poco tarde pero todavía había luz. El faro está cerca de Cape Elizabeth, y dentro de un parque, Fort Williams Park. Al poco de llegar pasó el guarda anunciando que quedaban 30 minutos para cerrar, más tarde volvió a pasar diciendo que te fueras yendo que eran las 7 y cerraban en unos minutos. La verdad es que esa media horita fue tiempo suficiente para la visita, y cuando nos fuimos apenas quedaba luz.

Desde aquí al hotel teníamos media hora más o menos, al llegar nos dimos un rato de descanso; y luego prontito como todos los días fuimos a cenar, a una avenida cercana, en coche claro, donde sólo teníamos lugares de comida rápida para elegir. Nos decidimos por WENDY’S para conocer una franquicia diferente; las hamburguesas nos parecieron bastante flojas. Salimos a 18 $ por pareja, unos 6 € por persona. En el interior hacía tanto frío que tuvimos que sacar las chaquetas; para el postre fuimos a McDonald’s. Días posteriores este frío pasó factura y acabamos con un par de resfriados.

Mientras me fumaba un cigarrito en la puerta del McDonald’s observamos una escena que se repitió bastante durante todo el viaje; la gente compra la comida/helado en el coche para llevar, luego aparcan en el mismo restaurante, y sin bajar del coche con la ventanilla abierta y con el motor en marcha, se lo comen. Curioso desde nuestro punto de vista. Quizá por ese motivo tengan los coches con la tapicería tipo piel.

A las 10 y poco ya estábamos en el hotel, al final la ruta de los faros no había estado mal, habíamos visto dos con niebla, uno con sol y otro atardeciendo.